25 may 2011

Cronica de una Ciudadana en Sol (17 de Mayo 2011)

Regreso a casa después de estar un rato largo en la Puerta del Sol junto con miles de personas diciendo, sin miedo y bien alto que este sistema no nos gusta. Me habría quedado más, debería quedarme más, pero ha sido un día duro de curro me duele la muela y no me he traído los calmantes, lo que se necesita esta noche en Sol es gente que proponga,  que debata, que construya, no quejicas con dolor de muela. Me siento culpable mientras regreso a casa y por otro lado me siento contenta, por fin nos estamos moviendo y me siento representada por los cientos de personas, algunos los conozco, a la mayoría no, que se quedaran esta noche a dormir allí tomando los espacios públicos para reclamar lo público, el cambio del sistema y una democracia de verdad, una democracia popular, tomando, siendo conscientes de que democracia significa poder del pueblo, y el pueblo en ocasiones tiene que tomar el poder más allá de las urnas, cuando los representantes no cumplen con sus obligaciones, el pueblo tiene el deber de tomar el poder.

De regreso analizo y pienso en lo que he vivido, en la gente abarrotando la plaza, jóvenes y mayores, autóctonos e inmigrantes, trabajadores y estudiantes, funcionarios y contratados, precarios, parados, hipotecados, jubilados, padres, madres, solteros, casados, heteros, homos, trans, rubias, morenas, pelirrojos, músicos, fotógrafos, periodistas, conductores, tenderos, oficinistas………y un largo etcétera de gente normal, de gente concienciada, de gente despierta que conscientemente reclama el uso de la democracia, la ejerce!

Y me encuentro con la contradicción, somos la generación del marketing, una marquesina de un periódico anuncia la venta de tazas de desayuno con las caras de los referentes de nuestra infancia, la infancia de la generación que estaba dormida, los que tenemos entre 30 y 40, la generación que tendría que estar comiéndose el mundo a bocados, cambiándolo, transformándolo y haciéndolo girar y que durante mucho tiempo hemos estado dormidos, lo seguimos estando? Se verá…la generación a la cual la venden la infancia en los quioscos y la compramos, la generación que tiene que oír por la radio pública que es una desfachatez tomar las calles, que tiene que oír que la democracia se ejerce votando a lo mismo o lo mismo , que se da cuenta que tienen miedo de darle el poder al pueblo y oye como insultan al pueblo.

Pero esta generación está harta de estar dormida, está harta de ser manipulada, comprada y vendida, está harta de que la aplasten, está harta de ELLOS y se ha despertado, ha salido a la calle y está demostrando que no es ninguna generación ignorante, está tomando conciencia de pueblo, conciencia de clase, clase trabajadora, explotada, estrujada, tirada y pisoteada. Está tomando las calles sí para tomar el poder el poder popular. Porque les vamos a decir muy alto que no hay solo un tipo de democracia, que esto no es una democracia, que la democracia real es la democracia que surge del pueblo para y con el pueblo. Sí, reclamamos el Poder, pero no el poder como lo entienden ELLOS, para aplastar a las moscas, reclamamos el poder popular, el poder que nos da la razón, para construir una sociedad justa, libre e igualitaria.

9 may 2011

Vivir el miEdo


Desayuna, con prisa siempre con prisa, sale de casa sin dar un beso a la niña que duerme en la cama, otra vez llega con el tiempo justo a trabajar. “Solo espero no tener que dar un rodeo”, piensa mientras termina de abrocharse la chaqueta en el ascensor. Bono transporte, teléfono, llaves, camisa limpia, lista de la compra, lo lleva todo, hoy es un día completo, es principio de mes hay que hacer la compra y administrar bien el exiguo salario que cobra en el bar en que trabaja. Pagar las facturas, el alquiler, el comedor de la niña y hay que comprar un libro de lectura para el mayor, tal vez en una tienda de segunda mano en Libreros…aunque es correr riesgos. A medida que avanza por la calle el miedo empieza a crecer dentro de él estarán? No estarán? Y todo por un papel, por la falta de un papel y encima no puede disimular de ninguna manera, no puede ponerse unas gafas de sol que tape su aspecto, se nota, su piel oscura, su estatura y sus facciones indígenas lo delatan, no hace falta ni que hable es carne de cañón de los controles de inmigrantes que cada dia se ponen en la puerta del metro, cada día la misma canción llegar corriendo, mirar desde lejos y darse la vuelta, recorrer casi dos kilómetros en busca de otra boca de metro, en la que tiene que hacer transbordo, y tardar hasta 45 minutos más en llegar. Pero eso no importa, de verdad que no importa recorrer el camino que haga falta, mirar por encima del hombro constantemente,  conocerse todos los callejones, no salir por las noches….lo que importa es el miedo, vivir con miedo, a no volver a ver a sus hijos, a tener que regresar con lo puesto, sin recursos y no poder volver, perder el trabajo por llegar tarde, dejar aquí a su familia, sin recursos, sin casa. Vivir con miedo a los insultos por ser lo que siempre se sintió orgulloso de ser, un ciudadano del mundo que nació en un país a la orilla de otro mar, pero con el mismo sol, la misma luna que controla sus mareas. Vivir con miedo de sentir vergüenza por ser lo que siempre sintió orgullo de ser, eso que se llama indígena y significa raíces, amor, solidaridad y familia; y que ahora lo delata. Vivir con miedo a pasear  por la calle, a que los siguientes sean sus niños.  Vivir con miedo a quien se supone que le protege, vivir con el miedo al control, vivir indignado porque encima niegan su existencia. Cada día en cada acción vivir con miedo,  por ser humano.

5 may 2011

Un díA


A veces pasa que de repente un día que parece normal empieza a ser único, un día que tenia pinta de ser horrible se vuelve intenso. ¿Son las cosas que pasan o es la capacidad nuestra para ver las cosas que pasan? Alguien hoy ha dicho: “La belleza esta en los sitios más inesperados”,  o algo similar, soy incapaz de reproducirlo literal, tengo memoria de pez para los nombres, para el titulo de una canción o para una frase dicha en el momento, pero recuerdo con nitidez la imagen, la sonrisa, las sensaciones mías y las de los demás. Lo ha dicho al contemplar una escena rutinaria para muchos, única bellísima e intensa para unos pocos, una escena que nos ha sacado del nivel de concentración de una semi rutina y ha centrado la atención dejándonos sentir durante un instante maravilloso la intensidad de la ternura diaria. Un padre que lleva caminando a su niña de ¿2? años cogida por las dos manos, la ternura del acompañamiento del padre fundido con la seguridad sentida por la niña que se lanza al descubrimiento de un mundo mágico. Caminantes paralelos de una vida que acaba de empezar, el descubrimiento del mundo a través de otros ojos. Mientras tanto he compartido un espacio de aprendizaje y reflexión profesional que no se da todos los días, aprender y descubrir que las potencialidades de los demás pueden cambiar no sólo sus vidas, sino el mundo reafirma mi compromiso con la sociedad, mi compromiso de lucha. De vuelta a la oficina y sin embargo pequeños espacios de relax, de buen rollo musical y algunas risas, mucho trabajo y recibir, empaparse de la energía de los demás de los que incluso en la mayor de las desesperaciones en una sonrisa encuentran la motivación para seguir, en tu sonrisa. Tarde de acción política y nuevos e inesperados encuentros. Hombres que pasan de los 70 conversando en un banco y compartiendo conmigo a la luz del sol de la primavera madrileña las experiencias de su vida, su visión del mundo, la desilusión sufrida y la ilusión renovada cuando oyen hablar de la posibilidad del cambio con tanta pasión. Ruborizada... Sonrisas y miradas que se cruzan por la calle, pasos que camina paralelos y luego se pierden, conversaciones cogidas al vuelo…Y por fin en casa, nuevas imágenes, nuevas sensaciones. Fotos que te hablan y canciones que te tocan. Gatos que se pelean por una aceituna. Abrazos perdidos y recuerdos de caricias, piropos negro sobre blanco, recuerdos nostálgicos pero nunca tristes. Ilusiones renovadas y fuerzas que se impulsan con la certeza de la lucha, luminosa, alegre y firme.

A veces comprendo perfectamente porque la sociedad se deja explotar, porque no se levanta una revolución social ante la desfachatez que nos rodea, es porque el mundo se ha vuelto gris, se ha vuelto rutinario para las personas, se nos ha olvidado como huele una flor o como se nos eriza el bello de la nuca cuando esa persona nos roza con su mano o simplemente cruzamos una sonrisa con un desconocido por la calle.

Hace casi tres años que aprendí de mis amigos de cooperación cómo es posible ver la vida desde los ojos del otro, del distinto y sin embargo seguir siendo tú, una nueva tú, una mejor tú,  aprendiendo de las miradas que ven contigo. Aprendí la riqueza de ver junto con los ojos del otro. Aprendí a descubrir los maravillosos rincones del mundo en cada persona.

Las personas que desde entonces han cruzado el semáforo en rojo delante de mí (algunas nuevas, otras ya conocidas y re-descubiertas), me sorprenden en un encuentro lleno de satisfacciones y sensaciones intensas, siempre intensas, me llenan de energía, de sentidos, de imágenes, de música, de sentimientos, de olores. Aprendo y me empapo, comparto su energía para continuar mirando al mundo con la cabeza alta, con ganas de cambiarlo y llenarlo de felicidad, de solidaridad, de compañerismo, de amor, de fraternidad y de lucha. Gracias.