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9 may 2011

Vivir el miEdo


Desayuna, con prisa siempre con prisa, sale de casa sin dar un beso a la niña que duerme en la cama, otra vez llega con el tiempo justo a trabajar. “Solo espero no tener que dar un rodeo”, piensa mientras termina de abrocharse la chaqueta en el ascensor. Bono transporte, teléfono, llaves, camisa limpia, lista de la compra, lo lleva todo, hoy es un día completo, es principio de mes hay que hacer la compra y administrar bien el exiguo salario que cobra en el bar en que trabaja. Pagar las facturas, el alquiler, el comedor de la niña y hay que comprar un libro de lectura para el mayor, tal vez en una tienda de segunda mano en Libreros…aunque es correr riesgos. A medida que avanza por la calle el miedo empieza a crecer dentro de él estarán? No estarán? Y todo por un papel, por la falta de un papel y encima no puede disimular de ninguna manera, no puede ponerse unas gafas de sol que tape su aspecto, se nota, su piel oscura, su estatura y sus facciones indígenas lo delatan, no hace falta ni que hable es carne de cañón de los controles de inmigrantes que cada dia se ponen en la puerta del metro, cada día la misma canción llegar corriendo, mirar desde lejos y darse la vuelta, recorrer casi dos kilómetros en busca de otra boca de metro, en la que tiene que hacer transbordo, y tardar hasta 45 minutos más en llegar. Pero eso no importa, de verdad que no importa recorrer el camino que haga falta, mirar por encima del hombro constantemente,  conocerse todos los callejones, no salir por las noches….lo que importa es el miedo, vivir con miedo, a no volver a ver a sus hijos, a tener que regresar con lo puesto, sin recursos y no poder volver, perder el trabajo por llegar tarde, dejar aquí a su familia, sin recursos, sin casa. Vivir con miedo a los insultos por ser lo que siempre se sintió orgulloso de ser, un ciudadano del mundo que nació en un país a la orilla de otro mar, pero con el mismo sol, la misma luna que controla sus mareas. Vivir con miedo de sentir vergüenza por ser lo que siempre sintió orgullo de ser, eso que se llama indígena y significa raíces, amor, solidaridad y familia; y que ahora lo delata. Vivir con miedo a pasear  por la calle, a que los siguientes sean sus niños.  Vivir con miedo a quien se supone que le protege, vivir con el miedo al control, vivir indignado porque encima niegan su existencia. Cada día en cada acción vivir con miedo,  por ser humano.

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