Me gustan las casas con balcón. Me gustan mis
contradicciones. Me gustan mis cicatrices, no seria yo sin ellas. Me gusta
hablar, y a veces me gusta estar en silencio. Me gusta militar, me gusta la
gente con la que milito, me gusta pensar que compartimos un sueño, no me gusta
cuando descubro que en ocasiones no es así, no lo entiendo. Me gusta el helado.
Me gusta la poesía. No me gusta que me tomen por tonta. Me gusta la música,
casi toda la música. No entiendo el hip-hop como música, aunque lo intento. Me
gusta ir con mi padre a tomar unos vinos y me gusta ir con mi madre a tomar un
dulce y compartir esa culpa que “debemos” sentir las mujeres por pasarnos con
el azúcar. Me gustaría hablar con ella de sexo. Me gusta mi vida sexual. Me
gusta sentir otra piel junto a la mía y saber que cada día es único. Me
gustaría enamorarme. Me gusta tener sensaciones y experiencias nuevas. Me gusta
la comida china cuando estoy de bajón. No me gusta llorar. No me gusta no saber
como gestionar algunas situaciones, especialmente en las relaciones más intimas
e intensas, me gustaría aprender. No me gusta cuando la gente esta enfadada
conmigo y no me dice porque, no soy adivina, hablando podemos solucionarlo o al
menos sabremos de que se trata. Me gusta tomarme un vino mientras cocino. Me
gusta llevar la ropa planchada, no me gusta planchar en verano. Me gusta ver
una película mientras plancho. Me gusta pensar sobre mi y tratar de conocerme,
aunque no se si lo consigo. Me gusta seguir aprendiendo. Me gusta mirar las
estrellas, aunque no se vean por la luz de la ciudad. Me gusta cuando mi gato
duerme cerca de mis pies. No me gusta cuando decide que ya ha llegado la hora
de levantarse, me hace gracia como me despierta, pero no me gusta. Me gusta la
sencillez, no me gusta que la gente piense que hay otras cosas que no hay, hace
daño al mundo y a las relaciones, es malo para la salud estar todo el día
pensando que todo el mundo maquina contra ti, las cosas son como son. Me gusta
la sinceridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario