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21 dic 2015

VivIr el miEdo II



He  salido temprano, antes de que el sol permita que veamos la miseria y la depredación humana.

He salido temprano, cuando todo está tranquilo, aún no han puesto las calles, ni las han quitado. 

He salido temprano, pero aun así me escondo; camino por las calles con tiento, con un ojo hacia mi espalda y otro hacia el cielo, con los oídos abiertos y la piel en alerta.

He salido temprano a comprar algo de leche y si hay suerte, pan.

He salido temprano porque hace años que no duermo, nadie duerme en esta ciudad, en este país sitiado por la guerra, el imperialismo y el fanatismo.

He salido temprano porque los que ponen el dinero y lanzan las balas aun duermen, ellos duermen, aquí y hacia el norte.

He salido temprano, oteo esta ciudad en falsa calma teñida de rojo sangre. Y en mis absortos pensamientos de presente sin pasado, la nube de humo y ceniza me aplasta sobre la acera, y solo puedo pensar en Said y María, que estarán durmiendo… si aún viven.

Y es que en esta ciudad que nunca duerme estar vivo o muerto no importa, no le importa a nadie, invisibles en el foco de la noticia.

He salido temprano y me ha dado igual, cuando vuelva a casa cogeremos lo que nos quede, cogeremos a quien nos quede y saldremos, rumbo a la incertidumbre, rumbo a la esperanza, rumbo a vivir sin miedo.

He salido temprano, y ya no volveré…

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