Se ha puesto un té caliente tras darse una ducha aun más
caliente, el vaho aún sale del baño, pero ella ya ha subido sus pequeños pies
sobre la mesa del escritorio para escudriñar por las redes sociales mientras
disfruta del olor a vainilla de la crema…la música, como un susurro sensual envuelve la habitación en un halo magnético
que la desplazan hacia dentro…tiene un espejo de mano cerca, se mira para mirarse
a los ojos, porque los ojos son el espejo del alma y no quiere mentirse, quiere
desnudarse allí mismo para verse, para sentirse, para amarse y hacerlo sin
castigarse, sin mentirse, sin reprocharse…
Se mira a los ojos y ve una persona con dudas, dudas cada día,
dudas y certezas, pero siempre sufre con las dudas. Una persona que toma
decisiones, unas malas, otras no tan malas, pero sabe que son suyas, que las tendrá
que defender porque no siempre sus decisiones son bien tomadas.
Una persona que se decepciona. Se mira a los ojos y ve a
alguien que confía, hasta que deja de confiar, optimista siempre de entrada; no
siempre las cosas salen bien. Ve una persona que llora, que llora sola por
rabia, por impotencia, por decepción y a veces por desamor, una persona que
llora porque hay que llorar, y una vez todo fuera limpiará las lágrimas y saldrá
adelante otra vez; ve una persona que siempre mira adelante, aunque el
horizonte este borroso…y no siempre sea cosa de la miopía…
Bebe de su té que se enfría poco a poco y vuelve a mirar, y
ve ese muro, ese muro que hace ya muchos años levanto a su alrededor, porque no
quería sufrir, ve como ese muro día a día se cae, hay días que caen ladrillos
muy grandes, días que abre su corazón como nunca lo ha hecho, esos son grandes días…hay
días que en ese muro aparecen cortinas nuevas, volviendo a cubrir espacios
descubiertos…y los ve, pero tiene miedo de volver a destaparlos, insegura otra
vez, optimista también: deshilachará las cortinas poco a poco…que fácil ese
muro se reconstruye… y cuanto cuesta traspasarlo.
Ve una persona que le gusta vivir, mirar el mundo,
observarlo y comérselo a mordisquitos…una persona que le gustaría ser menos
introvertida en algunas ocasiones, porque siempre le queda la duda de donde está
la línea entre la prudencia y el miedo…y el miedo es lo único que no la gusta
ver cuando se mira a los ojos…
Sabe que tiene virtudes y tiene defectos, cosas de “no
cambies nunca” y cosas de cambiar y trabajar, pero sus cosas…sin embargo ese
miedo, o esa prudencia estúpida, eso piensa que la lastra, eso la…la…la…cabrea!,
y lucha por arrancarlo cada día, con cada pequeña cosa que hace, arriesgando cada poro de su piel en ellas, porque,
si es algo, es alguien que se entrega con pasión…que ama cada acción que
realiza, cada rayo de sol que te calienta, cada partícula de aire que tú
respiras. Una persona que trata de entenderse, cada momento, cada día, cada mes,
cada año…
Mira en el espejo…y veo como mis ojos me responden, con
curiosidad e ilusión, veo que tras ellos hay una persona, que ama, que desea,
que quiere que la amen; que, a veces, odia, que siente, que llora, que ríe, que
rabia, que piensa, que escucha, que lee, que baila con los ojos cerrados, una
persona que vaguea y se pone en pié, que trata de ser sincera a cada minuto,…veo
una persona, …una persona que se construye para sentirse orgullosa.
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