Quince centimetros de tacón, rojo 24
horas, piel de melocotón y olor a fresas...mirada profunda y sonrisa
permanente, dias de 48 horas, la cena a punto, la cama caliente, la
vida fría.
Los niños en el cole, la madre en la
casa, algunos amigos para cenar; ciego, mudo y sordo: fútbol en la
tele. Palabras amables del panadero, piropos que no gustan,
complacencia aprendida con el paso de los años, lagrimas que no se
ven, arañazos en el corazón.
Carrreras hacia el bus, revistas que
inspiran, fotos que frustran; vidas ajenas, sueños rotos. Propositos
que no llegan, historias que no son propias, presión...
Vindicación, fuerza y sabiduria,
belleza a cualquier edad, a cualquier centimetro, a cualquier arruga,
a cualquier cana, porque sí, por cada una de si misma. Caminar
caminos propios, taconeando a ras del suelo. De Su suelo.
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